El consumo de nuestro coche es algo que nos preocupa cada vez más en estos tiempos que atravesamos en los que el ahorro en cualquier apartado de nuestra vida es fundamental y requiere de una atención especial que nos permita controlar los altos costes que pagamos por todo lo que tenga relación con la energía.

La mejor forma de conseguir bajar el consumo de un coche es la de implantarnos ciertos hábitos a la hora de conducir, sobre todo conducir con suavidad, vigilar la presión de los neumáticos, cuidar el mantenimiento, vaciar el maletero de trastos que no son necesarios y en general prestar la atención debida en la conservación de sus componentes.

A los indispensables consejos anteriores podemos sumar una serie de recursos extras que, aunque cuestionados por algunos, pueden resultar eficaces en muchos casos. Me refiero a los aparatos que existen en el mercado y que prometen reducir el consumo de nuestro coche.

Aunque cada cual sacará sus propias conclusiones sobre la efectividad de estos sistemas, vamos a ver algunos de ellos.

Sistema colector para la limpieza de los gases de escape
Este nuevo sistema que se encarga de reducir el consumo de los motores diésel y por añadidura las emisiones de CO2 de los coches es obra de un grupo de investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia quienes aseguran, según las estimaciones realizadas, que con su utilización se alcanza un ahorro significativo que va desde el 1,5% en los turismos y cerca del 2% en camiones. Este novedoso sistema, que se coloca entre el colector de escapa y el turbo, ha sido diseñado por el profesor e investigador José Ramón Serrano y ha sido patentado a su vez por la Universidad Politécnica de Valencia.

A grandes rasgos, su funcionamiento es el siguiente: la altas temperaturas que se alcanzan en la entrada del turbo junto con la ayuda que supone la distribución de los elementos, crean una trampa de partículas, aumentando la eficiencia de todo el proceso. Todo se resume en una reducción de los costes de producción del motor.

En la actualidad se han realizado diferentes simulaciones por parte de los investigadores del Instituto CMT-Motores Térmicos, obteniendo unos resultados positivos, lo que ha hecho que se continúe con el desarrollo de diversos prototipos con la idea de continuar con dichos estudios.

Magnetizador de combustible
Con este método se pretende ionizar el combustible que alimenta a los dispositivos de combustión a través de un campo magnético, utilizando un imán permanente. De esa forma se consigue una combustión más completa, una mejora de la eficiencia, una reducción de las emisiones contaminantes y por consiguiente un ahorro de combustible. El sistema está basado en el tratamiento con un campo magnético a través de unos imanes montados en el conducto de entrada de combustible.

Según parece, el combustible magnetizado contribuye a que se realice una combustión más completa, lo que repercute en una mayor potencia, una reducción de monóxido de carbono, hidrocarburos y óxido de nitrógeno, un ahorro de combustible y un mayor rendimiento del motor del coche. Otra particularidad es que es capaz de disolver el carbón del carburador, cámaras de combustión e inyectores de gasolina, con la correspondiente ayuda a la limpieza del motor.

Kit de hidrógeno
Se trata de separar el hidrógeno del agua mediante electrólisis y el hidrógeno conseguido inyectarlo al colector de admisión del aire. Estos kits se pueden comprar por internet y buscar a alguien que nos lo monte en el coche o bien fabricarlos uno mismo. En el mundillo de las caravanas y furgonetas lleva tiempo utilizándose, sobre todo en Estados Unidos, y según se comenta el vehículo gana en potencia y consigue bajar el consumo en torno al 10% (en diésel).

El aparato es un recipiente cerrado, bien de metacrilato  o de pvc. Cuenta con dos electrodos que se conectan con un relé una vez arrancado el vehículo. Una vez puesto en marcha se crea una circulación de electrones entre los electrodos. El reactivo del agua que contiene el frasco, generalmente de sosa, produce la electrólisis. Cuenta con un tubo pequeño de goma en el extremo de arriba que va desde la salida del filtro del aire hasta el colector de admisión. Debido a que el resultado obtenido es hidrógeno puro, debemos tener muy en cuenta que el producto es potencialmente inflamable.