Cuando pensamos en empresas que se dedican a suministrar energía como la electricidad o el gas, es difícil asociarlas a una buena gestión medioambiental. Pero cuando una de ellas recibe el premio “Ética y Empresa” en la categoría Desarrollo Sostenible del Festival Ravello, y además queda finalista en la sección “Responsabilidad Social Corporativa, se demuestra claramente que es posible. Enel, la compañía italiana gestionada por Fulvio Conti, tiene como objetivo primordial el respeto por el medioambiente, y lo están consiguiendo.
Fruto del afán por liderar el sector y una fuerte inversión económica, este objetivo se ve reflejado principalmente en “Enel Green Power”. Comenzando en 2008, la compañía muestra su filosofía de sostenibilidad con esta iniciativa que trata de reducir las emisiones de CO2 y fomenta el empleo de energías renovables para contribuir a una mayor sostenibilidad. Y los números acompañan: gracias a esta iniciativa se producen 17,2 TWh (teravatios a la hora) cada año, evitando la emisión de 13 millones de toneladas de CO2 cada año, por medio de la energía eólica, hidráulica, solar y geotérmica.
Enel es la segunda compañía más importante del sector por capacidad, y está entre las más grandes de servicios públicos y la citada área de energías renovables. Nace en Italia, pero ya está presente en cuatro continentes, con una presencia total en 23 países. Sale a cotizar en la Bolsa de Milán en 1999, y se convierte rápidamente en la corporación italiana con mayor número de accionistas. Cuenta con, aproximadamente, 1,2 millones de inversores (minoristas e institucionales).
Las buenas expectativas de crecimiento de “Enel Green Power” (aumentar de 1.054 GW en 2006 a 2.396 GW en 2030) hace que el objetivo de vivir en un planeta más saludable esté cada vez más cerca. Si además tenemos en cuenta que tienen 1,7 millones de kilómetros de líneas de alta tensión, 3.700 kilómetros de gasoductos, 316,9 TW/año y casi 57 millones de clientes, queda claro que apostar por Enel es apostar por confianza, seguridad, en resumidas cuentas, un valor de futuro.
