Una nueva tecnología de conversión toma elementos orgánicos que de otro modo se dirigen hacia el vertedero y se les convierte en combustible utilizable.
El efecto de doble golpe de esta tecnología proviene del hecho de que se vaporiza de la materia orgánica; se libera una mezcla de hidrógeno y monóxido de carbono que puede ser sintetizada para crear otros gases y productos químicos. Para ser utilizado como combustible, el gas de síntesis se convierte en etanol y en metanol.
Los creadores de esta tecnología son el Instituto Tecnológico de Massachusetts y en el Pacífico los Laboratorios Batelle Nacional del Noroeste de Richland, en el estado de Washington. La tecnología ya está siendo comercializada por una empresa indirecta de PNNL denominada Integrated Environmental Technologies, también de Richland, que ya funciona con los residuos en las empresas de energía.
Un científico dijo a la revista Technology Review que si este proceso de conversión se convierte en ampliamente disponible, se podría reducir la dependencia estadounidense del petróleo extranjero para el combustible.
Daniel Cohn, cofundador del IET y un científico investigador en el MIT de Ciencias de plasma y el Centro de Fusión, dijo que con la cantidad de residuos municipales e industriales creados en los Estados Unidos los nuevos combustibles pueden “reemplazar tanto como un cuarto de la gasolina utilizada en este país “, informó la revista Technology Review.
El etanol es más comúnmente utilizado hoy en día como parte de una mezcla utilizada en la recientemente popularizada fórmula E-85 de gasolina, actualmente en uso en muchos vehículos de General Motors y Ford, entre otras marcas.
El metanol, el otro combustible que esta tecnología puede producir, en la actualidad viene a partir del metano del gas natural y se utiliza para crear biodiesel. También, durante años, se ha utilizado como una alternativa más segura al gas en algunas series de carreras de autos profesionales.
El proceso para crear el etanol puede ser utilizado no sólo por los residuos municipales, sino también por residuos de biomasa agrícola. Esto significa que se tiene el potencial para producir etanol sin depender de las plantas de maíz que se utilizan en gran parte de la producción actual del etanol. Mediante el uso de los residuos municipales, industriales y agrícolas en lugar de un cultivo agrícola, en teoría, es una fuente más confiable de material.
La compañía habla actualmente con muchos municipios interesados en la construcción de los sistemas de conversión, Jeff Surma, otro co-fundador y consejero delegado y presidente del IET, lo dijo a Technology Review. La compañía también está hablando de una “gran utilidad del Medio Oeste”, una empresa sobre la aplicación de la tecnología de conversión de residuos en biocombustible.
