Utilice el microondas. El microondas usa una energía casi 50% menor que los hornos comunes. Si usted no ha caído en el hábito de confiar en su microondas para cocinar y descongelar alimentos, se está perdiendo una oportunidad para ahorrar energía. Lea el manual que viene con su microondas, para obtener instrucciones sobre cómo realizar simples tareas de cocina. Una vez que se familiarice con algunos principios básicos, usted apreciará el hecho de que las microondas cocinan la comida rápidamente y producen menos calor en su cocina.
Invierta en una olla a presión. Las ollas a presión pueden cocinar los alimentos, incluso más eficientemente que los microondas. También tienen la ventaja de retener la mayor parte de los jugos naturales y muchas de las vitaminas de los alimentos que allí se cocinan. Las modernas ollas a presión, tienen características de seguridad que las hacen mucho más seguras de usar, que las ollas a presión del pasado.
Evalúe las tareas en la cocina. Para trabajos más pequeños, use un horno tostador. Los hornos tostadores se calientan más rápido y consumen menos energía que los hornos convencionales. Para trabajos pequeños, estos hornos son una opción más eficiente y económica.
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