En iluminación también lo barato sale caro

Dicen que “el ser humano es el único animal que tropieza dos veces por la misma piedra”. Muchas de las situaciones que enfrentamos a diario nos dan la razón y lo mismo sucede en iluminación. Sucumbir a la tentación de comprar barato tiene su precio que muchas veces irá en contra de nuestra economía y del ahorro de energía ya que en iluminación también lo barato sale caro.

Adoptando las medidas de ahorro de energía

Ya sea por cuestiones ambientales o porque simplemente queremos disminuir el recibo del consumo eléctrico en casa y gastar menos dinero en electricidad es que pensamos en adoptar los consejos de ahorro de energía que leemos a diario. Hasta ahí todo perfecto. Podemos apagar las luces, los artefactos eléctricos y seguir una serie de medidas en cuanto al uso de estos. Pero también están aquellas medidas que nos aconsejan el cambiar los clásicos bombillos incandescentes por los bombillos ahorradores. La solución es muy visible. Entonces vamos al supermercado y caminamos hacia la sección de ferretería o electricidad y en el estante de iluminación vemos la solución perfecta para la iluminación incandescente y para nuestra sorpresa a un precio irresistible. Después de una cierta inversión, ahora si estamos de color verde con el medio ambiente y esperamos pagar menos en la electricidad generada por la iluminación.

Los problemas del ahorro

Luego de estos cambios todo transcurre con normalidad hasta que comienzan los problemas. En nuestro caso uno de estos bombillos comenzaba a parpadear por unos segundos hasta encender bien. Esta situación siguió hasta que se malogró por completo. Justo se trataba de la luz del baño. Y tuvimos que comprar un bombillo incandescente para reponerlo. Luego se quemó el de la habitación de los muchachos y el del cuarto de mi cuñada. Por lo pronto se ha comprado un bombillo incandescente más.

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Además quise hacer una investigación sobre el fabricante, pero solo llegué a saber que la marca procedía de Venezuela. El resto de bombillos no tenían ni marca (solo especificaciones de consumo y tipo de luz) y justo fue de las que me costaron menos.

Con esto aprendí nuevamente que en iluminación también lo barato sale caro y es mejor comprar ahorradores fluorescentes de marca conocida y de calidad comprobada, los cuales no serán tan económicos como quisiéramos pero que sí nos garantizarán más tiempo de vida que uno barato.

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