Remplace las bombillas tradicionales por bombillas de bajo consumo.
Un punto que convierte a los bombillos de bajo consumo en una inversión muy conveniente es su durabilidad. La fragilidad de las bombillas tradicionales reside en la tensión que existe sobre el delgado filamento de tungsteno que tiende muy pronto a romperse. Eliminando el filamento, las bombillas de ahorro energético logran también aumentar la duración por un factor de 8. Es decir que duran en promedio 8 veces más que las lamparitas tradicionales.
Las bombillas eficientes proporcionan una cantidad equivalente de luz brillante, y atractivo. Sólo el 10% de la energía consumida por una bombilla de luz normal genera la luz. El resto sólo hace que la bombilla caliente. Si cada hogar reemplazara a uno de sus focos de luz estándar con una energía eficiente bombilla fluorescente compacta, nos ahorraríamos la misma cantidad de energía que una planta de energía nuclear produce en cinco años. En un hogar típico, una bombilla fluorescente compacta puede ahorrar 120 kilos de emisiones de CO2 al año.
Aísle su calentador de agua
Envuelva su calentador de agua en un material aislante, que cuesta sólo 10 a 20 euros. Puede ahorrar 500 kilos. de CO2 al año por un calentador de agua eléctrico, o 110 kilos con un calentador de gas.
